OREJA DE CERDO AL AJILLO

Refranes, frases y dichos. La literatura está impregnada de ellos, en uno de los diálogos de Don Quijote podemos leer "Paréceme, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todas son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas". 

Y con lo que nos trae ahora mismo, nos vienen bien los refranes "Buen pie y buena oreja, señal de buena bestia" o "Donde hay provecho, pies y manos, orejas y pecho". Y aunque "del cerdo, hasta los andares", nosotros aprovechamos las orejas.

En España, la oreja es una tapa clásica que se sirve de diferentes formas y con diversos aliños. En Galicia, nos la encontramos "a feira", en Madrid a la plancha, en Salamanca guisada... y nosotros al ajillo.

Si bien, es cierto que por su textura gelatinosa no se la tiene en cuenta a menudo en la preparación de platos propiamente dichos más allá de la tapa, aunque en casa nos encanta ponerla en el cocido de garbanzos, precisamente por esa gelatina. 

No confundirlas con las orejas gallegas de carnaval, un dulce. 

INGREDIENTES
1 oreja cocida	3 dientes de ajo
Perejil picado	1 cucharadita de pimentón
Sal y pimienta	Aceite de oliva
1 guidilla (opcional)	1 hoja de laurel

PREPARACIÓN

Limpia y cuece la oreja con una hoja de laurel y una pizca de sal, durante 30 minutos  (yo aprovecho cuando hago garbanzos y la reservo para estos casos).

Una vez cocida troceamos y reservamos

Limpiamos y troceamos o laminamos los ajos, los saltemos. Incorporamos la oreja a la sartén hasta que vemos que se ha dorado y está crujiente. Retiramos del fuego y añadimos el pimentón, removemos para que se incorpore bien. 

Espolvoreamos la oreja al ajillo con perejil picado y servimos en ese momento, bien caliente.

Disfrutar!!!