Pollo guisado en cerveza


Hay platos que tienen la capacidad de transportarnos a otros tiempos y lugares, transmitiendo con sus aromas el sabor de la tradición y la importancia de las cosas hechas con amor y cuidado. Los recetarios de nuestras abuelas, repletos de guisos en los que se mantenía la esencia de la gastronomía familiar, plasmaban sabiamente un modo delicioso de combinar los ingredientes que proporcionaba la tierra. Nos sumergimos en la cocina tradicional con un guiso de pollo a la cerveza en el que los ingredientes se cuecen lentamente, intensificando sus sabores al máximo. Tiempo, mimo y reposo, puntos clave para conseguir un plato sabroso y respetuoso con las tradiciones. De esos que piden una buena hogaza de pan a su vera, porque en ocasiones como esta rebañar el plato es un acto de "casi" obligado cumplimiento.

Comer es una de las actividades más complejas para el sistema nervioso, y el sentido del gusto está muy asociado a nuestros recuerdos. Un claro ejemplo de cuando la cocina nos evoca los recuerdos podemos encontrarla en la película Ratatouille, cuando el severo crítico gastronómico Anton Ego prueba ese plato emblemático de la especialidad francesa, el cual es elaborado con diferentes hortalizas guisadas. Ese primer bocado lo transporta de inmediato a su infancia, lo lleva a recordar los aromas y sabores de la comida que le preparaba si madres.

En muchas ocasiones mezclamos la inteligencia emocional con nuestros sentidos en la cocina porque añoramos alguna comida, algún sabor, algún aroma que quisiéramos poder disfrutar nuevamente pues nos evoca experiencias fantásticas. Y si resulta ser en las mismas condiciones en que los consumimos en esa oportunidad, mucho mejor.

Existe una asociación entre la comida y diferentes elementos que juegan un papel importante en su preparación, en un sitio específico, en una época determinada. Es por ello que los recuerdos asociados a la comida provocan nostalgia.

Ingredientes

8 muslos de pollo

4 ajos

2 cucharadas de harina

1 ramita de romero

Sal

1 hoja de laurel

Aceite de oliva

1 manojito de tomillo

2 cebollas grandes

Pimienta negra

330 ml de Cerveza (a ser posible negra o tostada)

 

                             

Preparación

Sazonamos los muslos de pollo y enharinamos. Freímos en la cazuela donde posteriormente guisaremos el pollo. Retiramos el pollo y reservamos.

En ese mismo aceite pochamos ajo y cebolla cortados en juliana a fuego suave, hasta que la cebolla esté tierna, cuando esté bien pochado añadimos el pollo con los jugos que haya soltado y el resto de especies, lo removemos todo bien. 
Añadimos la cerveza, tapamos y cocinamos 40 min.

Si te queda muy caldoso, cocina hasta reducir al gusto, o si tienes prisa, mezcla una cucharilla de maicena con un poquito de agua fría, esto hará que engorde la salsa.


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