Espinacas a la crema gratinadas
Ya vuelvo con una receta de esas clásicas, sencillas y de las que te hacen la boca agua con un poco de sabor a horno encendido, las tradicionales ¡¡Espinacas a la Crema!! Es tiempo de cambio de temperaturas y mi cabeza ya está en modo calorcito, disfrutar y relax.... pero mi lista de tareas me sigue diciendo que hay que currar, preparar las mochilas y ropa del día siguiente, el menú de la semana, el día a día de la casa.... y ¡¡TACHAN!! Llegó la hora de la cena mmmm me apetece verduras, tengo una bolsa de espinacas llamándome y estoy caprichosa.
¡¡Y esta receta de Espinacas a la crema gratinadas, es una opción perfecta para una cena de picoteo!!
¡Las espinacas preparadas de cualquier manera son una verdura excelente! La variedad de hojas pequeñas y más tiernas pueden hacerse directamente en una sartén a fuego lento con algo de mantequilla (o aceite de oliva) y sal en su propio jugo. Aunque lo habitual es escaldarlas primero en abundante agua con sal, y luego escurrirse bien y ponerse a fuego lento con aceite o mantequilla para que queden salteadas con todo su sabor. Las espinacas combinan con casi todo, pescado, pollo, jamón, chuletas, huevos…. Se pueden utilizar para rellenos de empanadillas, canelones, pasteles de verduras y hasta soufflés.
Yo cuando las preparo así a la crema gratinadas, las sirvo a veces como primer plato y otras como guarnición a una carne o un pescado, dependiendo del menú. Su sabor es intenso y ese punto de cremosidad extrema hacen que sea un básico irresistible. Directo del horno a la mesa, como a mi me gusta.
Súper cremosas con queso y salsa bechamel, esta es una manera fácil y rápida de lograr que toda la familia coma de buena gana las espinacas. ¡Ideales como acompañamiento o plato principal!
Para preparar estas deliciosas espinacas con queso y salsa bechamel, lo primero que hay que hacer es poner las espinacas, ya sean frescas o congeladas, en una olla hirviendo con abundante agua con sal. Les das un golpe de hervor, luego las escurres y las reservas.
Luego coloca un poco de aceite de oliva en una sartén, a fuego medio. Cuando el aceite esté un poco caliente agrega el ajo, picadito muy finos, y el bacon, cortado en trozos muy pequeños.
Cuando el bacon y el ajo estén hechos, agrega las espinacas en la sartén. Dejamos que se hagan unos minutos, dándoles una vuelta de vez en cuando. Retiramos y reservamos.
A continuación debes preparar la bechamel. Para ello, ponemos la mantequilla en un cazo a fuego suave, removiendo hasta que se derrita. Después, le añadimos la harina tamizada poco a poco y removemos bien. Por último, incorporamos la leche hirviendo. Apartamos del fuego y removemos bien para que no queden grumos. Por último, le añadimos una pizca de sal y un poco de nuez moscada.
Ponemos las espinacas en un recipiente apto para horno y echamos encima la bechamel. Mezclamos y lo espolvoreamos con el queso rallado. Metemos el recipiente en el horno, previamente precalentado a 200º C, con calor por arriba y por abajo. Cuando estén casi hechas las espinacas con bechamel, las ponemos a gratinar. Después sacamos del horno y servimos antes de que se enfríen.
¡Las espinacas preparadas de cualquier manera son una verdura excelente! La variedad de hojas pequeñas y más tiernas pueden hacerse directamente en una sartén a fuego lento con algo de mantequilla (o aceite de oliva) y sal en su propio jugo. Aunque lo habitual es escaldarlas primero en abundante agua con sal, y luego escurrirse bien y ponerse a fuego lento con aceite o mantequilla para que queden salteadas con todo su sabor. Las espinacas combinan con casi todo, pescado, pollo, jamón, chuletas, huevos…. Se pueden utilizar para rellenos de empanadillas, canelones, pasteles de verduras y hasta soufflés.
Yo cuando las preparo así a la crema gratinadas, las sirvo a veces como primer plato y otras como guarnición a una carne o un pescado, dependiendo del menú. Su sabor es intenso y ese punto de cremosidad extrema hacen que sea un básico irresistible. Directo del horno a la mesa, como a mi me gusta.
Súper cremosas con queso y salsa bechamel, esta es una manera fácil y rápida de lograr que toda la familia coma de buena gana las espinacas. ¡Ideales como acompañamiento o plato principal!
Ingredientes
|
100 gr
de bacon (opcional) |
Sal |
|
500 gr
de hojas de espinacas frescas o congeladas |
Nuez moscada |
|
500 ml
de leche |
2
dientes de ajo |
|
30 gr
de harina |
30 gr
de mantequilla |
|
Aceite de
oliva |
Queso rallado
(mozzarella, cheddar o emmental) |
Preparación
Para preparar estas deliciosas espinacas con queso y salsa bechamel, lo primero que hay que hacer es poner las espinacas, ya sean frescas o congeladas, en una olla hirviendo con abundante agua con sal. Les das un golpe de hervor, luego las escurres y las reservas.
Luego coloca un poco de aceite de oliva en una sartén, a fuego medio. Cuando el aceite esté un poco caliente agrega el ajo, picadito muy finos, y el bacon, cortado en trozos muy pequeños.
Cuando el bacon y el ajo estén hechos, agrega las espinacas en la sartén. Dejamos que se hagan unos minutos, dándoles una vuelta de vez en cuando. Retiramos y reservamos.
A continuación debes preparar la bechamel. Para ello, ponemos la mantequilla en un cazo a fuego suave, removiendo hasta que se derrita. Después, le añadimos la harina tamizada poco a poco y removemos bien. Por último, incorporamos la leche hirviendo. Apartamos del fuego y removemos bien para que no queden grumos. Por último, le añadimos una pizca de sal y un poco de nuez moscada.
Ponemos las espinacas en un recipiente apto para horno y echamos encima la bechamel. Mezclamos y lo espolvoreamos con el queso rallado. Metemos el recipiente en el horno, previamente precalentado a 200º C, con calor por arriba y por abajo. Cuando estén casi hechas las espinacas con bechamel, las ponemos a gratinar. Después sacamos del horno y servimos antes de que se enfríen.
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